martes, 4 de diciembre de 2012

MANUEL RUIZ “MANILI”: “HASTA PARA SER TORO HAY QUE TENER SUERTE”.

Manili nos firmó una foto
El pasado jueves 29 de noviembre tuvo lugar la programada tertulia con el matador de toros cantillanero Manuel Ruiz “Manili”. Interesantísima y divertida tertulia, pues de un lado, Manili demostró ser un profesional “de la antigua escuela” en cuanto a su consideración por las liturgias, ritos, maneras y comportamientos de la Fiesta y de los profesionales, y por otro, Manili sorprendió a todos los tertulianos por su naturalidad y buen humor en todas aquellas anécdotas y curiosidades que nos aportó del mundillo taurino y de sus “habitantes”, como sus opiniones sobre el aspecto cuanto menos “estrambótico” y estrafalario que lucen algunos de los toreros de la actualidad fuera del ruedo... y algunas veces incluso dentro de él... ¡y no damos nombres! Además, según reconoció, ahora se teorea mucho al hilo del pitón. 
Entrega del "tomanotas"
También le sorprenden las maneras de los chavales que están empezando a intentar ser toreros, cómo ahora se fijan en tonterías, aparecen repeinados y engominados, luciendo trajes nuevos en lugar de los ternos usado que siempre ha llevado los becerristas, de sedas pasadas y luces apagadas, y cómo en sus gestos, en los coches que usan, parecen creerse figuras del toreo consagradas y de época. 
Manili, de familia humilde, trabajo desde muy chico en el campo (hasta 200 kilos de algodón ha llegado a recoger en una temporada de joven, nos dijo...) se confesó como un chaval travieso pero no “delincuente”. Trabajó en la finca de Martín Berrocal. 
Se puso por primera vez delante de una vaca en la cercana finca a Cantillana de Isaías y Tulio Vázquez, “Valdevacas”, en Villanueva del Río y Minas. Tuvo unos muy duros inicios en el mundo del toreo, a base de palizas ante becerras y vacas de toda condición y romana, relató cómo tuvo muy claro desde un principio que para ser alguien en “esto” tenía que olvidarse de todo para centrarse en su profesión y vivir mentalizado por y para el toro, sin distraerse por diversiones que podrían desestabilizarle de sus fines. De su debut en las novilladas sin caballos de la “oportunidad” en Vistalegre dijo la famosa Mariví Romero que no tenía futuro alguno en la Fiesta... ¡vaya ojo el de la hija de don Emilio. Luego cortó una oreja en la plaza de Las Ventas el día de su presentación en 1975, y al año siguiente Curro Romero le dio la alternativa en Sevilla. 
Muy vinculado desde sus comienzos al hierro de Miura, en Zahariche tuvo la fortuna de ver torear a figura de época como Pepe Luis Vázquez o a Pepín Martín Vázquez, del que destacó su enorme naturalidad, que le dejó impactado. 
Y es que, como nos dijo “Manili”, “el mundo del toro es muy embustero...”. Sin duda que este valiente matador sevilllano pudo alcanzar mayores cotas durante sus años en activo si sus apoderados hubiesen gestionado mejor sus triunfos en plazas como las de Sevilla, donde cortó dos orejas a los miuras en 1983 o de Las Ventas (con buenas actuaciones en 1987, en una sustitución de David Silveti con una de Murteira Grave y cortando una oreja a un toro de Rocío de la Cámara, para luego salir dos veces por la puerta grande, resultando máximo triunfador de la isidrada de 1988; a raíz de ese éxito, Vicente Zabala le apodó como “El Tigre de Cantillana). Sin embargo, nunca vio la justa y merecida recompensa económica a tanta lucha y tesón ante el toro-toro. 
La empresa de la plaza de toros de Sevilla tampoco supo reconocer el pundonor de este torero, que llenaba sus tendidos de novillero y que siempre cumplió más que decentemente de matador de toros. 
La televisión, que en principio puede resultar beneficiosa para la difusión de la cultura taurina, entiende “Manili” que ha acabado haciendo mucho daño a la Fiesta, pues los televidentes ha acabado saturados, “atorados” de retransmisiones diarias sin ninguna selección. Ese es precisamente el secreto de José Tomas para “Manili”, que al no estar visto, la gente llena las plazas para verlo. Junto al de Galapagar, también mostró su gusto por el toreo de Manzanares. 
La gravísima cornada de agosto de 1988 en Almería tras triunfar en Madrid, ante un toro del Marqués de Albayda, truncó su carrera cuando se encontraba en su mejor momento de sitio y cotización por las empresas. Cuando de nuevo reapareció vinieron años con más sinsabores que alegrías. De nuevo intentó volver con fuerza de Sevilla, tras una buena actuación fue anunciado de nuevo un 15 de agosto de 1995, pero sufrió una cornada en el brazo derecho, que no ha tenido apenas eco entre la afición y que le ha dejado secuelas en el brazo. 
A los postres, las anécdotas vividas en viajes, hoteles, patios de cuadrillas y despachos de empresas pusieron broche de oro a la velada, todo ello en un impresionante mano a mano entre el invitado y nuestro contertulio Antonio Alfonso Martín, que precisamente recibió su altenativa en Sevilla de manos de Curro Romero con “Manili” de testigo. 

Foto de Familia. De izquierda a derecha. De pie. José A. Delgado. Manuel Núñez, Ignacio Gómez-Pando, Juan M. Pérez, Pablo López, Fernando González, Antonio Alfonso, Pedro Fernández. Sentados: Antonio Alfonso, Fernando Vera, Manuel Ruiz "Manili", Ignacio Tallón y Carlos Arenas.



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