jueves, 28 de junio de 2012

LIDIA SIN CUERNOS

Un pequeño y curioso libro de entre mis favoritos es el que titula esta entrada (“LIDIA SIN CUERNOS. Cómo, por qué y quiénes afeitan los toros bravos”. Editorial Católica Española, S.A.), publicado en la década de los 50 del pasado siglo por el periodista Manuel Benítez Salvatierra (con el seudónimo César del Arco), amén de escritor, delegado del diario Pueblo en Sevilla y director del semanario “Oiga” y del diario “Sevilla”.

En su primera incursión en el tema taurino, recoge en sus páginas “lo que el aficionado ha dicho en la calle, en el café y ha gritado más de una vez desde el tendido. Es lo que hubiera querido escribir todo aquél que, mediante el pago del importe de la localidad, asiste a los festejos taurinos”.

Y es que, “en el toreo, hay que ser partidario de lo tradicional, puesto que se ha demostrado que en nuestro tiempo lo único que hemos conseguido es poner mucho de sucio, de indignante, de condenable en la Fiesta”.

Como curiosidad, se recogen los nombres de apoderados de las figuras de dicha década, por ejemplo, Domingo González, Andrés Gago, José Flores “Camará” o Marcial Lalanda, junto a los fígaros de cabecera de cada uno de ellos, como Juanito Martínez, José Martínez de Anta “Rojito”, Miguel Criado “El Potra” o Antonio Villarán “Villarillo”, respectivamente.

En libro se encuentran, bajo mi punto de vista, reflexiones, axiomas y citas que entiendo han estado siempre en la verdad del toreo, como por ejemplo el fraude del afeitado o la infinidad de personajes que pululan alrededor de la Fiesta, con mayor o menor honestidad y algunas veces, con las más aviesas intenciones.

Como dice el autor, “de la Fiesta Nacional vive mucha gente sin exponer nada. Y mientras, las localidades suben y su precio expulsa de los tendidos a miles de aficionados, asqueados de lo que ven, lamentándose de cuanto ocurre. Torear reses bravas, siempre ha sido una cosa muy seria y se ha transformado en una charlotada, en un deporte de salón, en un juego de la envergadura del ping-pong. Porque no se olvide que el toro, sin cuernos, no es un toro; es una caricatura del toro. Y el torero, sin toro, es un fantoche.”


¿Les parece escrito hace 60 años o puede decirse que ha sido publicado en un libro sacado al mercado hoy mismo...?

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