martes, 13 de diciembre de 2011

LOS CUÁQUEROS

El diccionario de la Real Academia Española, en su 22ª edición, define el término cuáquero como aquel individuo de una doctrina religiosa unitaria, nacida en Inglaterra a mediados del siglo XVII, sin culto externo ni jerarquía eclesiástica. Se distingue por lo llano de sus costumbres, y en un principio manifestaba su entusiasmo religioso con temblores y contorsiones.

El Ministerio de Cultura del Gobierno de España (ay, Sinde de mi alma...), en nota de prensa del pasado día 7 de diciembre, informa de la firma de un Convenio de Colaboración con la “Sociedad Religiosa de los Amigos” (?), para digitalizar el archivo de los Cuáqueros, a fin de suplir la falta de material en España de este colectivo, que apoyó a los más desfavorecidos durante la Guerra Civil. Todo ello, gracias a las gestiones mantenidas con Nancy Negelspach, Amiga Cuáquera americana residente en Montblanc (Tarragona).

Con dicha digitalización, continua informando nuestro maravilloso y taurino Ministerio de Cultura, se suple la falta de material existente en España sobre la actividad de este colectivo en este país durante la Guerra Civil, y se amplía el conjunto de acciones destinadas a cumplir con la Ley de Memoria Histórica (¿histérica?), cuyo objetivo es organizar y difundir los años de la Guerra Civil en España, así como el período de la posguerra más inmediata, de la dictadura franquista y la Transición.

Mientras tanto, en esos mismos días, se informaba en la televisión (en “la 1” de tve, oiga) de que Domingo Estringana Sanz continua repitiendo desde 1970 la misma operación: sale de casa y toma el bus desde Vicálvaro hasta Sol; en la calle de Espoz y Mina nº 5, tiene su peculiar lugar de trabajo: responsable de la única filmoteca taurina que queda. Fue el primer empleo de Estringana y, seguramente, el último. Su jefe era José Hernández Gan (más conocido como Pepe Gan), un director de cine apasionado de los toros, y esta filmoteca, el sueño de su vida. Contrató a Estringana como ayudante y le enseñó el oficio. Desde el orden de las bobinas hasta el cuidado del material.

Y ahí, en pleno barrio de Salamanca, en un piso normal y corriente, se acumulan en sus estanterías kilómetros y kilómetros de películas con la historia viva del toreo del siglo XX y, por ende, de la sociedad española, de sus gentes, de sus costumbres, de su cultura y tradiciones, sin que nadie de los que propugnaban la imperiosa necesidad de que la Fiesta pasara a depender del Ministerio de Cultura en lugar de el de Interior, haga nada porque se defienda y proteja para la posteridad ese tesoro cultural, que se perderá, si no se pone remedio.

Así, igual que los cuáqueros manifestaban su entusiasmo religioso con temblores y contorsiones, con estos mismos gestos los taurinos miran para otro lado... Qué pena.

Ver enlace:
http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/filmoteca-taurina-mas-importante-del-mundo/1268356/









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